CALA GINEPRO – PORTO BRANDINGHI – ISOLA TAVOLARA
Viernes, 29 de junio de 2018. Después de la habitual sesión de fotos durante la salida del sol, y de un refrescante bañito, levamos anclas en Cala Ginepro con la intención de navegar unas 30 millas hasta Porto Brandinghi en Testa di Moro Scoglio, muy próximos ya al golfo de Olbia y la Costa Esmeralda.
Amanecer e4n Cala Ginepro |
Vecinos en Ginepro |
Bañito matinal en Cala Ginepro |
Navegamos cerca de la costa, disfrutando de las vistas y aprovechando un viento favorable que nos permite una ceñida cómoda combinando el empuje del motor y de las velas.
Pasado Capo Comino hacemos un bordo para dirigirnos hacia La Caletta y acercarnos al pueblo y la playa de Santa Lucia. ¡De nuevo un lugar precioso!
Santa Lucia |
No hacemos un alto en este maravilloso lugar porque no está protegido del viento y pequeño oleaje dominantes, así que seguimos rumbo norte hacia Brandinghi.
Después de 6h de plácida navegación, fondeamos frente a la playa de Brandinghi entre la costa y la isla Ruia.
Llegando a Brandinghi con la Isla de Tavolara al fondo |
Isola Ruia |
Como hemos decidido que la noche la pasaremos en la Isla de Tavolara, donde estamos convencidos de que encontraremos unas condiciones inmejorables para pasar la noche, no bajamos el dingi y vamos hasta la playa nadando. Damos una paseíto y regresamos al SHARKY para comer y después zarpar hacia Tavolara, que se encuentra a tan solo unas 5 millas al norte de nuestra posición.
La playa de Brandinghi... ¡preciosa! |
Antes de zarpar hacemos el primer intento, fallido, de hacer volar el dron - DJI Spark - desde el SHARKY. Como va a ser el primer despegue y aterrizaje en la pequeña e irregular cubierta del SHARKY, decido ponerle los protectores de las hélices por si colisiona con la jarcia o alguno de los elementos del barco.
Después de un despegue impecable, me percato de que no tengo capacidad de gobernar el dron que no reacciona a los comandos y deriva con el viento. ¡Que estrés! El descontrol es tal, que llego al extremo de pedirle a Emma que se tire al agua a intentar recuperarlo antes de que se sumerja. Me manda a freír espárragos y pasamos unos minutos de agobio importante. No se como, consigo hacerlo avanzar hasta la proa del SHARKY y que el viento lo acerque hasta mi posición. Lo recupero al vuelo de un manotazo. ¡Tela marinera!!!
Comentada la jugada con mi gran amigo Ariel Bercovich, me recuerda que para volar con viento es necesario activar el modo “sport” para que el empuje sea suficiente y se pueda dominar la situación. Aprovecha para darme cuatro consejos más que sobre el final de este viaje resultarán primordiales para volver a casa con el dron intacto. Ya os contaré.
Doblamos el Capo Coda Cavallo y navegamos entre la pequeña isla Proratora a babor y la isla Molara a estribor, con la imponente Tavolara en nuestra proa. ¡Joder, que lugar!
Isola Proratora y Capo Coda Cavallo |
Isola Molara y al fondo la imponente Tavolara |
Tavolara |
Nos dirigimos a la bahía Spalmatore di Terra, en el extremo oeste de Tavolara, donde hay algunos veleritos como el SHARKY y unos cuantos “megayates” fondeados.
El SHARKY fondeado ante la colosal Tavolara |
Apreciamos a lo lejos un pequeño pantalán y un par de chiringuitos de playa. Uno de ellos tiene toda la pinta de estar montado para ofrecer cenas, así que decidimos acercarnos con el dingi para comprobarlo.
Los "chiringuitos" de la playa en Tavolara |
Cuando llegamos al pantalán y desembarcamos nos llevamos la primera gran sorpresa de esta escala. Hay dos restaurantes. El Ristorante Tonino Re di Tavolara, que se traduciría Tonino Rey de Tavolara, y el Ristorante La Corona. El segundo, listo para la cena y con una elegante maître, vestida con traje y corbata, esperándonos a pie de playa. ¡Impresionante!
Impresionante... Emma, ¡claro! |
Llegado este punto, y antes de que os cuente el espectacular aperitivo que nos tomamos y la posterior cena, tengo que hacer un pequeño paréntesis para hablaros de Tavolara. Las “investigaciones” que pacientemente hace Emma sobre los lugares en los que recalamos, nos ha hecho descubrir una fascinante historia sobre esta isla, que resulta ser el reino más pequeño del mundo.
La historia se remonta al 1807 cuando Giussepe Beroleoni, se convirtió en el primer colono de la isla. Parece que Giussepe, que posteriormente se convertiría en el primer Rey de Tavolara, se había casado con dos hermanas y tuvo que escapar a la pequeña isla porque estaba perseguido por bigamia. Increíble, realmente de película. Os dejo este enlace del artículo publicado por la bbc para que descubráis más detalles de esta fascinante historia.
Después de disfrutar de uno de los mejores aperitivos Sardos que hemos degustado, acompañado de dos “Ichnusas” heladas, regresamos al SHARKY para ducharnos y vestirnos “elegantes” para no desentonar demasiado en la cena. De la cena no puedo decir mucho más de lo que dejé por escrito en Tripadvisor. Tenemos costumbre con Emma de escribir reviews positivos, como muestra de agradecimiento, siempre que estamos satisfechos.
Todo excelente, sobre todo el servicio y el vino que nos recomendaron. No recuerdo el nombre – que fallo – pero si la variedad de uva. Se trata del delicioso Cannonau, una variedad autóctona de Cerdeña. Seguramente la mejor tinta. El Cannonau comparte podio con el Vermentino, el rey de los vinos blancos sardos.
A la mañana siguiente, vamos a la playa a las 05.30h para hacer volar el dron y dar un paseo por la isla. Nos interesa especialmente visitar el cementerio real al que hacen referencia los distintos artículos que hemos leído sobre la isla y la dinastía de los Beroleoni.
A media mañana partimos hacia la zona más "top" de la Costa Esmeralda, Porto Chervo, Rotondo, etc., con la duda de si debíamos habernos quedado más tiempo en esta mágica isla. De todos modos, conocedores de que en el extremo este de la isla se encuentra una importante base militar de la OTAN, nos alejamos sin pena.
Alejándonos de Tavolara... snif, snif!!! |
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