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sábado, 23 de junio de 2018

CARLOFORTE

CARLOFORTE


Jueves 21 de junio de 2018. Antes de ayer, el jueves 21 a las 21:30h llegamos a Carloforte. Llamamos por teléfono a las 17:30h a la Marina Sifredi para reservar un amarre y advertirles de que llegaríamos un poco tarde. Por nuestra experiencia, conviene avisar siempre que se llegue más tarde de las 18:00h, especialmente en los meses de temporada baja. Los 10 metros de eslora del SHARKY son una ventaja a la hora de pedir un amarre en puerto. Incluso en temporada alta, siempre hemos conseguido un lugarcito para amarrarlo. Pero mejor avisar.

Marine Sifredi


A pesar de que nos hemos documentado mucho antes de recalar en Carloforte, en la Isla de San Pietro en el sur de Cerdeña, no voy a aburriros con discursos históricos y esas cosas. Para eso tenemos Wikipedia y otras referencias. Solo haré el apunte de que en Carloforte la pesca del atún ha sido parte inseparable de su historia. Aunque la mayoría de ejemplares son enviados a Japón, como pasa con los pescados en el litoral español, el atún está presente de manera significativa en los menús de la mayoría de restaurantes. ¡Vaya homenajes nos hemos dado!


La Isla de San Pietro, también es conocida por la cantidad de aves que alberga. Este detalle lo desconocíamos. Debo confesaros que el encontrar una importantísima concentración de maravillosos flamencos nos ha desconcertado un poco. No en vano los Romanos denominaron a la isla Accipitrum Insula, isla de los Gavilanes.

Saline di Carloforte

Aunque la isla es pequeña, hemos alquilado un scooter a Gianni, un amable hombre que tiene un pequeño negocio de alquiler y taller, para poder acercarnos hasta el faro de Capo Sandalo al noroeste de la isla y descubrir otros muchos lugares fantásticos. Que personaje este Giovanni. Hombre de mar, como no podía ser de otra manera, está en el dique seco porque ha perdido el 100% de la vista de su ojo izquierdo, y poco le queda del derecho. Aún así, sigue gestionando su negocio como puede, de forma muy honrada. Lo encontraréis en la Via Piave, 11 (Tel. 360 824397)




La isla es turística pero conserva un encanto muy especial. Los más de 6.000 habitantes de la misma siguen siendo mayoría, incluso durante el verano, de manera que abuelos, adultos y niños locales llenan de vida las calles y plazas de Carloforte, la única "ciudad" de la isla. Es un poco "desordenada", como la mayoría de poblaciones italianas, pero muy bonita, colorida y limpia.


Hoy he madrugado para hacer algunas fotos durante la salida del sol y practicar un poco con el dron. Parece que poco a poco me voy haciendo con el control del DJI Spark, aunque tengo asumido que es muy probable que acabe zambullido en el mar. 



En un rato zarparemos con la intención de fondear y dormir en la cala Tuerredda, a mitad de camino de Carloforte a la capital de Cerdeña, Cagliari. Vamos a preguntar en capitanía del puerto si es posible navegar libremente por la Costa Sud hasta nuestro próximo destino o si, por el contrario, debemos evitar la zona de restricción militar que nos obligaría a pasar 10 millas al sur de la pequeña isla del Toro y del cabo Teulada y dar una vuelta considerable.


Repostar en Carloforte es un poco complicado. La gasolinera del pequeño puerto pesquero situado al norte de la Marina Sifredi no es accesible con nuestro velero por un problema de calado. Por este motivo, en la Marina ofrecen unos depósitos portátiles de 110 litros de capacidad. 

Como siempre, aquí os dejo más fotos de la Isla de San Pietro...

Forte Santa Teresa




























Golfo di Mezzaluna





























Spiaggia La Caletta



























Faro del Capo Sandalo



























Cala Fico















































































































2 comentarios:

  1. Magnifico y envidiable viaje amigos
    Por cierto hoy se a quemado la nave industrial de balfego en ametlla de mar una desgracia pero sin daños personales

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    1. Si, Quique, magnífico viaje, fantásticas experiencias y perfecta compañía... que más se puede pedir!!!
      Lo de Balfegó una pena, pero si no hay daños personales es un mal menor.
      ¡Seguimos!

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